Corea del Norte apuesta por los drones suicidas en su estrategia militar
En un nuevo paso hacia el fortalecimiento de sus capacidades militares, el líder norcoreano Kim Jong-un ha ordenado la producción en masa de drones suicidas, según informaron medios estatales el pasado viernes. Kim, conocido por su retórica desafiante, supervisó personalmente las pruebas de estos drones y resaltó su relevancia en el panorama militar actual. Los drones, diseñados para atacar con precisión objetivos en tierra y mar, representan una amenaza emergente en el arsenal norcoreano, lo que ha encendido alarmas tanto en Asia como en el resto del mundo.
Tecnología de ataque en constante evolución
La agencia estatal de noticias norcoreana, KCNA, difundió imágenes de Kim supervisando las pruebas armamentísticas, realizadas por un instituto asociado al Complejo de Tecnología Aérea No Tripulada. Las pruebas demostraron la efectividad de los drones al alcanzar con exactitud sus objetivos después de seguir rutas tácticas prediseñadas. Para Kim, la producción a gran escala de estas armas es esencial en el actual contexto de competencia militar.
“La competencia por el uso de drones como principal medio de capacidades militares… se está acelerando en el mundo”, declaró el líder norcoreano. Además de su bajo costo y la facilidad de producción, estos drones amplían el rango de acción militar de Corea del Norte, volviéndose un recurso cada vez más accesible en su estrategia de defensa y disuasión.
Auge de drones en la estrategia militar global
Este nuevo impulso hacia la producción masiva de drones suicidas refleja un patrón en las políticas militares de Corea del Norte, en línea con una declaración anterior de Kim en agosto, cuando abogó por incrementar la fabricación de vehículos no tripulados, tanto aéreos como acuáticos, con aplicaciones suicidas y potenciados por inteligencia artificial. Esta tendencia a incorporar drones en sus fuerzas armadas posiciona a Corea del Norte como un actor estratégico en el auge de los drones en el ámbito militar.
Corea del Norte ha estado desarrollando varios modelos de drones en la última década, y en diciembre de 2022, envió cinco de ellos a Corea del Sur, con uno alcanzando el centro de Seúl, en un acto que subraya la tensión latente entre las dos Coreas, técnicamente aún en guerra.
Alianzas estratégicas y cooperación armamentista
Además, la cooperación militar entre Corea del Norte y otros países parece estar en crecimiento. En un periodo de estrecha colaboración con Rusia, se sabe que este último ha proporcionado drones a Corea del Norte, aunque no se ha especificado el tipo exacto. Asimismo, se especula que algunos drones o misiles utilizados por Irán en ataques recientes contra Israel podrían tener origen norcoreano.
Estos vínculos resaltan la creciente red de cooperación en materia de defensa entre naciones que comparten una postura crítica hacia el orden global liderado por Occidente. El intercambio de tecnología militar entre estos países podría modificar el equilibrio de poder en regiones conflictivas, generando inquietud en la comunidad internacional.
Implicaciones para la seguridad global
La decisión de Corea del Norte de producir drones suicidas en masa añade un nuevo nivel de incertidumbre a la seguridad global. La creciente disponibilidad de drones de bajo costo y su uso en misiones suicidas redefine las capacidades militares en conflictos modernos, con consecuencias difíciles de prever. En un contexto de rápida evolución tecnológica, esta iniciativa norcoreana podría motivar a otras naciones a seguir un camino similar, intensificando la carrera armamentista en la región y más allá.